Los primeros los vi por las aldeas de la Cantabria rural. Ya te he dicho que hasta hace relativamente pocos años, había casi uno en cada casa.
Cuando empecé a hacer arcos de forma más o menos profesional, hace unos 20 años, me volví a encontrar con estos artefactos.
En Estados Unidos.
Y, claro, recordé los de mi infancia.
En España no hay mucha tradición de trabajo de madera porque es una región europea bastante deforestada.
Ya sé que ahora alguien va a saltar con que en su pueblo hay unos bosques de la leche.
Hablo de forma genérica.
Comparad España con Centroeuropa, Escandinavia o los Balkanes.
Además, salvo la Cornisa Cantábrica, toda la Península tiene cultura mediterránea.
Y no es una cultura muy proclive a la madera, sino más bien a la piedra.
Mirad los templos griegos o romanos,
y mirad las iglesias de madera eslavas o escandinavas.
En el Mediterráneo se ha deforestado desde hace milenios, por varios motivos relacionados con la escasez de agua y los agrupamientos humanos en villas y ciudades.
En otras partes de Europa, sin embargo, los bosques se han mantenido por razones económicas y se ha desarrollado una tecnologia de la madera que ha venido a suplir lo que en el Mediterráneo se hace con piedra o con cerámica.
Digo todo esto de manera apresurada y sin matizar, porque hay mucho, mucho que relativizar en este asunto, y es aplicable más a la cultura popular que a la de las élites.
Pero, bueno, que nos salimos del tema de los burros.