Hace 20 años, fui incapaz de encontrar en Asturias, Cantabria o Bizkaia a quien me restaurase unos asientos de anea de unas sillas que heredé de mi abuela.
Al final, un señor en Asturias me los rehizo con mimbre.
Y aquí están las sillas, pero no es lo mismo...
Hay oficios a los que nadie da importancia hasta que desaparecen.