Agua, jabón, esponja o cepillo suave, y aclarar.
Luego, lo dejas secar a la sombra.
Si lo secas al sol, o junto a una fuente de calor, se queda duro.
Siempre lo puedes ablandar con aceite de pie de buey, o grasa.
La crema tipo Nivea va de cine.
Hasta en la lavadora lo puedes lavar.
Sobre todo si es curtido al cromo (y si dices que es flexible, seguramente será al cromo).
Los curtidos al tanino son algo más delicados y se pueden endurecer más, pero tampoco pasa nada por mojarlos.
Si fuera así, nuestros zapatos y botas no durarían más que hasta la primera lluvia.