Depende del tipo de madera.
El tejo, por ejemplo, contiene dos maderas en una: la albura es una madera ligera, elástica y con la veta apretada y estrecha, que resiste bien la tensión, y el duramen es una madera dura, pesada, con la veta más diferenciada, que resiste bien la compresión y el cizallamiento.
De ahí el interés de mantener en un arco de tejo estrecho y grueso estos dos tipos de madera, que vienen ya pegados por defecto en un solo árbol. ;-)
Si se hace un arco de tejo de palas anchas y finas, se puede eliminar la albura y el arco funcionará perfectamente.
En otras maderas como el Osage, la robinia, o ciertos tipos de olmo, se elimina la albura porque en general es una madera porosa, ligera, que no aprota resistencia al arco y en realidad es como una corteza gruesa: aporta masa y peso, pero no contribuye a dar dinamismo al arco.
En maderas blancas como arce, fresno o sauce, saúco, avellano, roble o haya, no hay albura, sino que en realidad todo el tronco lo es.
En estas maderas, con descortezar es suficiente.
Está claro que este verano tengo que hacer el libro-DVD sobre arcos y flechas...