Quería contaros una anéctoda que me pasó, confirmación de que en algunos casos los conocimientos y costumbres populares son muy acertadas por extrañas que parezcan en principio.
Charlando en la bodega de un paisano, me explicaba el proceso de destilación en el alambique, finalmente, me dijo, el primer vaso de la destilación no se bebe, se tira. Yo pensé que era una costumbre ritual y no le dí más importancia al tema pensando que si yo destilase probablemente no tendría en cuenta esa cuestión.
Pues bien, pasado el tiempo, buscando otra cosa por internet leí de casualidad que el alcohol metílico y el etílico tienen puntos de evaporación diferentes, siendo el metílico el que tiene un punto de evaporación más bajo. Como sabéis este, es tóxico y no se debe ingerir. Automáticamente me acordé de aquello de tirar el primer vaso, puesto que la porción metílica será la primera en salir por el alambique.
La mayoría de los que destilan casero no saben química pero si saben que no se bebe el primer chorro. No era un ritual si no una práctica saludable contrastada con el correr de los tiempos. Probablemente el jefe de la tribu sería el primero en probar el nuevo licor anual, hasta que algún avispado observador caía en la relación entre el especial malhumor matinal del jefe a la mañana siguiente o su sustitución por otro llegado el caso y ese primer vaso de la destilación.
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...entonces, el simio se puso en pié y cogió una roca...