El pergamino, o cuero crudo, es eficaz para respaldar un arco en el que hay riesgo de que se levanten vetas o fibras en el dorso.
El pergamino que uso es similar al de los parches de los tambores tradicionales. Se pueden comprar por internet piezas enteras, de donde los fabricantes de tambores recortan los círculos con los que hacen los parches.
Googleando un poco se encuentran.
Quien tenga ganado, o vecinos ganaderos, tiene más fácil conseguir pieles enteras, secas y peladas.
El pergamino que yo uso es de cabra u oveja, y es fino, de menos de 1 mm de grosor, pero es suficiente para "sujetar" las vetas del dorso del arco, sin añadir peso.
Contrariamente a otros materiales de respaldo, el pergamino no añade potencia al arco. Ni siquiera le da "reflex", por más que se respalde la estaca con esa forma. En cuanto se suelta la madera, vuelve a su forma original.
Respaldar con pergamino es un procedimiento histórico y fácil de hacer, si bien algo engorroso en algún momento.
A continuación, pongo unas fotos del proceso.
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Una estaca de olmo, de 6 pies de larga, cuyo dorso no presenta una sola veta, por ser éstas muy delgadas y difíciles de seguir
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La foto salió borrosa, pero se pueden observar la disposición de los anillos de crecimiento en la testa de la estaca.
En esta foto se ve lo finas que son las vetas, y para despejar una sola habría que raspar cuidadosamente, en vez de despejarla con herramienta de corte, como se hace normalmente. Como no me apetecía hacerlo, decidí respaldar esa estaca.
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Como el arco mide casi dos metros, no sale una sola tira que cubra todo el dorso longitudinalmente, así que se cortan dos tiras de pergamino, de la parte central de la piel (lo que sería la espina dorsal), de igual longitud que las palas del arco, y un poco más anchas. Se juntarán en el medio del arco, en la empuñadura.
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Se ponen un rato a remojo. Si el agua está tibia, con unos 15 minutos basta. Si no, media hora o algo más. Se trata de que las tiras de pergamino se ablanden y sean flexibles y elásticas.
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Como este arco doblará por la empuñadura, prefiero ensamblar las dos piezas diagonalmente, para que no haya un punto débil justo en el centro del arco.
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Se cubre con cola blanca (o cola animal, si se quiere ser "históricamente correcto") una de las palas del arco.
No hace falta embadurnar mucho; con que la madera quede cubierta de cola, basta. Poner demasiada cola puede dar trabajo adicional más tarde, como se verá. La cola blanca se adhiere bien a la piel húmeda.
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Se aplica una tira de pergamino, escurrida (es decir, que esté húmeda, pero no "pingando" agua) cuidando de que el chaflán diagonal quede en el centro del arco. Al ir apretando el pergamino contra la madera, alisando la tira y cuidando de que se pegue a la estaca, el pergamino se irá estirando y estrechando. Ojo con no estirar demasiado, para que cubra bien todo el dorso del arco.
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A continuación, hay que apretar la tira de pergamino contra la madera, mientras se seca la cola. Hay quien usa cuerda o cordel fino, pero deja marcas en el pergamino, y no se van al secar, así que yo prefiero usar algo que no deje marcas (aunque hay quien prefiere las marcas, e incluso las usan como elemento decorativo). La opción de usar tiras de goma es buena, pero la cola tardaría más en secar.
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Una venda deja que la humedad de la cola se evapore, y sujeta de manera uniforme toda la tira de pergamino.
Esta venda (usada ya más veces, como se puede ver) no pasa los estándares de asepsia sanitaria, pero para esto, vale.
Luego, se lava y se puede volver a usar.
Si el dorso fuera totalmente plano en vez de combado, habría que colocar algo para que la venda no apretase sólo en los bordes y no en el centro del dorso. Hay quien coloca trapos enrollados en la "cresta" del dorso.
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Se empieza a enrollar, uniformemente, desde los extremos, hacia el centro del arco.
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Al llegar al centro, se aplica cola en la otra pala, se pone la otra tira, y se sigue enrollando hasta cubrir todo el arco.
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El resultado. Se deja secar el arco 24 horas en un lugar cálido y seco. En mi caso, subido a una viga del techo del salón de casa, sobre la chimenea.
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Al quitar la venda, se ven las consecuencias de haber puesto demasiada cola en algunos puntos.
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A continuación, se elimina el sobrante de pergamino en los costados del arco, y se liman los bordes, para que éstos se fundan con la madera, sin hacer un escalón.
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Luego, hay que lijar el pergamino para quitar irregularidades. Primero, con lija medio gruesa.
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Luego, con lija fina,
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y finalmente, con lana de acero u otro medio para que quede pulido.
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La estaca ya está lista para hacer un arco con ella.
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